miércoles, 2 de diciembre de 2015

Crisis de ansiedad y estados depresivos en AAF y Asperger... Grises y sepias en nuestro haz de colores

... Habían pasado como 4, 6 años desde aquellas benditas ausencias, episodios de pánico y estados ansiosos que nos desvelaban y llenaban la cabeza de estupideces (¿que sientes hijo que no me dices?, ¿que piensas amor que te atacan miedos y paralizas?, ¿será psicótico?, ¿y si desarrolla esquizofrenia?, y un mar de pensamientos absurdos que como mama nos armamos novelas épicas en instantes de desolación) y todo lo que observábamos o vivíamos eran como epifanías macabras que empeoraban más nuestra salud emocional.

Empezó el 5to grado, misma escuela y mismos compañeros de clases. Aún mantiene a dos de sus compañeros afines sólo que por vacaciones y como niños, la distancia, distancia la relación hasta que nuevamente se emprende el juego y se retoman las relaciones. Eso lo sabemos las personas típicas y normadas en una sociedad rutinaria... Pero Jesús no lo entiende ni lo ve así. Para el, algo andaba mal.


Me siento agradecida porque este año escolar la maestra es la directora de la escuela y tiene una suplente, y ambas son además de cariñosas y comprensivas, atentas y dispuestas a ayudar y apoyarnos en brindarle a Jesús un ambiente sano y respetuoso de convivencia. 



Jesús estuvo dos semanas sin novedad en clases, uno que otro día llegaba molesto porque "algún compañero de nuevo lo molestaba, le decía cosas incómodas, se burlaba"... Los mismos niños y sumados unos 3 más nuevos que para sentirse aceptados, imitaban el abuso y los maltratos. En vacaciones Jesús estuvo en un plan vacacional terapéutico maravilloso y adelanto grandemente en sus habilidades sociales, manejo de emociones y autocontrol, y ambos sentíamos que con estas herramientas, podría manejar mejor las situaciones que le estrenaban en cuanto a socializar en este nuevo año escoltar... 

Un domingo, principios de octubre de este año, mientras organizábamos el bulto, el uniforme, sólo recuerdo un grito ahogado y al voltearme asustada a mirar que, quien gritaba, vi a Jesús con un ataque de pánico, jamás en sus 10 años de vida había tenido alguna convulsión o ataque nervioso... Sólo gritaba y gemía, las lagrimas salían en abundancia, su cara transfigurada... " Mamá, mamá, ayúdame, mamá, no quiero vivir, no quiero vivir, no quiero ser como soy, mamá ayúdame ".

No quiero ni puedo describir mis emociones ni lo que paso por mi mente en ese momento. Sólo puedo decir que le abracé y arrope con mi cuerpo (abrazo contenedor) durante unos 12 o 15 minutos mientras el lloraba, gritaba, se retorcía y pedía morir...

El lunes de ese octubre, amanecimos contactando a todos nuestros terapeutas conocidos para referirnos a nuevos terapeutas en la ciudad donde actualmente vivimos, conseguimos incorporarnos a CAIPA (centro de atención integral a  personas autistas) para tener los permisos y licencias necesarias en los casos de ausencias escolares y laborales. Jesús emocionalmente no estaba bien. Intuí que sus reacciones responden s estímulos adversivos en el aula y sumado a sus cambios por la edad, la pubertad se asoma, la mudanza a una nueva ciudad por separación de mi esposo y yo, a pesar de wue ya había cursado 4to en esa escuela, todos eso trae confusión, baja autoestima si se presenta alguna situación social, y pues Jesús estaba y esta sencillamente creciendo, cambiando, está asomándose a la adolescencia.

Fueron 3 semanas larguísimas... Noches de llorar en silencio al verlo dormir sin dejarlo sólo, porque estaba con alucinaciones y pensamientos catastróficos y temía que se hiciera daño. Muchas manos y hombros amigos estuvieron y están con nosotros, además de mis padres, hermanos, mi esposo, mis sobrinos... Si leyeran este artículo, aprovecharía en darles las gracias públicas a Mardys y Nair del Instituto de Educación Especial Bolivariano de Chivacoa por su tiempo y su cariño hacia mi hijo, mi persona y nuestra situación, a Dalia y a Rosita Perez de CAIPA, a Karim por sus consejos, a Claudia y a Mailebis del Centro de Cuidados Shalom Kids por sus palabras y afecto... Me siento afortunada en que seamos amados por seres tan espléndidos como ustedes.

Jesús esos días no habló, entró en un mutismo selectivo marcado, sólo interactuaba conmigo, con señales o palabras puntuales. No comía como se debe, bajo alarmantemente más de 10 kilos. Dormía mal: o por momentos y tenía insomnio o, dormía más de 16 horas que debía tocarlo y sentir que respiraba.

Durante esos días muchos allegados, terapuetas de Jesús y amistades que trabajan con personas con diversidad funcional nos apoyaron, aconsejaron, incluso algunos llegaron a criticarme y culparme del estado mental de Jesús por "obligarlo a ir al colegio" "por no cambiarlo para que no lo lastimen", " de no tenerlo en una escuela especial "

Hoy puedo decir que Jesús aprendió y me enseñó a enfrentar sus crisis de ansiedad y estados depresivos, no por los terapeutas que lo han intervenido, y que abiertamente les ha dicho: "no los necesito, no necesito me enseñen a convivir con los niños de mi salón pues ellos no me aceptan así yo los acepte y quiera aprender a tratarlos, necesito que nos enseñen a todos a respetarnos como somos y a aceptarnos como somos y si eso no funciona, pues que mal por todos, pido me cambien de escuela porque me estimo y me valoro y sus maltratos me hieren y confunden más", sino por esa mano amiga y franca con que el psiquiatra que nos tendió a tiempo y sin adular ni mejorar el panomarama abordó los pro y contras que afrontábamos en ese momento, que tanto habíamos pensando en vivir y no detallamos en que ya estábamos viviendo: adolescencia. Simple: Jesús creció.

El doctor Carlos Belisario, psiquiatra infantil es con quien ha aceptado seguir la terapia, el consiguió que Jesús se encontrara y entendiera quien es, quien es Jesús, que es Autismo de Alto Funcionamiento (AAF) conocido como Asperger, que el no es especial ni diferente, sino es Jesús, y que cada quien es peculiar, único. De el ha recibido las palabras adecuadas y directas para reforzar su autoestima, últimamente lastimado y disminuido por tantas cosas vividas a la vez y que no sabía procesarlas adecuadamente. "Tu me dices eso porque me quieres" cuando le indicaba que es un niño brillante, capaz, que poco a poco aprenderá a manejar sus emociones y a reconocerse como una persona de mucha valía.. Belisario ayudó a mejorar su relación consigo mismo, a consolidar y mantener sanl un amor propio golpeado y sanado por su mama y que él pensaba era así porque era yo quien lo decía, no porque así fuera. Y el doctor le demostró que son más que palabras de amor de madre. El es así.

Debido a las alucinaciones y estados depresivos nos recomendó que debía entrar al programa terapéutico con sesiones des psicoterapia, tomar risperidona (esquidone) y hacer alguna actividad física y artística. Jesus esta pintando aunque aún no se decide que deporte practicar.

Aún esta molesto e incómodo porque debe tomar risperidona para mantener bajo perfil esos pensamientos de morirse para evadir su realidad, de querer ser otra persona, manejar las alucinaciones y poner en práctica poco a poco las técnicas de autocontrol.

Llevamos un mes y una semana en psicoterapia, donde ambos hemos sentido apoyo y liberación emocional. Durante las sesiones con Belisario entendí que debo perdonarme por sentir culpas, inexplicables pero culpas y las siento... Aprendimos la familia, sobre todo mis padres y esposo, que Jesús es un niño que esta creciendo y transformándose en hombre, que habrán más días grises y otros sepias, pero que ya el con conocimiento de sus potencialidades, talentos y amenazas, es menos tortuoso su andar.

Nos dimos un susto... Y como tal, nos dejó una gran enseñanza y un maravilloso aprendizaje: Jesús es un maestro de vida, en vida

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