sábado, 19 de abril de 2014

¿Cómo construir Metáforas en PNL?

Las metáforas son una de las técnicas de cambio más potentes que existen. 

Las metáforas personificadas (“ubicadas en el cuerpo”) proporcionan una conexión directa a las emociones y a los patrones de conducta profundos. En “Metaphors We Live”, Lakoff y Jonson (1980) nos dicen que el pensamiento es personificado y crece fuera de nuestra percepción, movimientos y experiencia física. Recientemente varios investigadores han identificado la importancia del cuerpo en la creación de la conciencia. Antonio Damasio (1999) ha identificado sistemas de feedback (retroalimentación) a nivel del cuerpo, como aspectos intrincados de las emociones y aun de la conciencia. 

En adición a las estructuras neurales, los estados emocionales son definidos por cambios en el perfil químico del cuerpo, en las vísceras y en el grado de contracción de los músculos del cuerpo. Damasio cree que las emociones son una parte importante de nuestra regulación homeostática y de nuestro mecanismo de supervivencia. 

Candace Pert (1991), otra investigadora, cree que la mente inconsciente es nuestro cuerpo, que puede ser mejor atendido a través del cerebro derecho, de terapias expresivas como trabajar con los sueños o de terapia artística. La razón por la cual necesitamos ocuparnos de los estados emocionales en el cuerpo, es que las emociones negativas son almacenadas en el cuerpo físico a largo plazo y deben ser liberadas antes de que pueda ocurrir la curación. 

Esas emociones negativas almacenadas pueden crear numerosos problemas emocionales e inclusive pueden establecer el escenario para enfermedades. Las emociones negativas acumuladas durante toda la vida están almacenadas no solo como recuerdos, sino también en el cuerpo. Esas emociones almacenadas pueden llegar a ser una parte integral de nuestra personalidad y nuestra identidad. 

Desde que esas emociones no representan la verdadera naturaleza de un individuo, pueden con frecuencia bloquear el éxito que podría lograr una persona en diferentes áreas de su vida. Enfocar directamente las emociones personificadas puede generar cambios a través de diferentes contextos. También es una manera de evitar impedimentos o bloqueos conscientes y propiciar la creatividad de la mente inconsciente. 

Trabajar a este nivel asegura que los cambios son ecológicos y que están en línea con los valores más profundos del individuo. En efecto este tipo de cambio a menudo tiene un componente espiritual.

El enfoque está basado en el método de Robert Dilts (1990) de combinar los “estados problema” con los “estados recurso”, para crear un “estado deseado”. Cuando se trabaja con metáforas, el proceso puede ser reescrito de la siguiente manera: metáfora del problema + metáfora del recurso = metáfora del resultado deseado.

La idea básica en este proceso es que los individuos tienen todos los recursos que necesitan y que esos recursos han sido obscurecidos por las emociones negativas. Una vez que las emociones negativas han sido liberadas del cuerpo, el individuo será capaz de acceder esos estados de más recursos. 

En adición a los estados que normalmente llamamos emociones, tales como rabia o culpa, estados como confusión o “yo no se”, pueden ser manejados exitosamente a través de este proceso de metáforas personificadas. En cierto sentido, este es un proceso que ayuda a la gente a convertirse en quien deben ser, en para lo que la persona nació.

El proceso puede ser resumido así: 1) Identifique el estado a ser trabajado, 2) Desarrolle la metáfora personificada asociada, 3) Identifique un momento en el tiempo previo a la metáfora del problema, 4) Desarrolle o construya una metáfora del recurso, 5) Invite a la metáfora del recurso a interactuar con la metáfora del problema, 6) Verifique los resultados. 


1. Identifique el Estado Emocional Problema

El estado problema inicial pueden ser una sola emoción, o un patrón de conducta problemático. Esos patrones de conducta puede ser aspectos de identidad o de personalidad. El punto más importante es usar el propio lenguaje del cliente cuando se esté identificando el estado a ser trabajado.

2. Desarrolle la metáfora del problema

El próximo paso es elicitar las submodalidades kinestésicas asociadas con el estado problema. Las primeras preguntas serán utilizadas para descubrir la ubicación en (o alrededor de) el cuerpo físico y para determinar el tamaño y forma del estado. Preguntas que son útiles en esta etapa: “¿Y dónde está ubicada esa rabia?” y “Y esa rabia tiene una forma o un tamaño?”. 

Una vez que hayan sido descritas las submodalidades kinestésicas, pregúntele al cliente: “¿…cómo qué? Por ejemplo, si las submodalidades kinestésicas son ovales, llenas de baches (con irregularidades en su superficie) y marrones, pregunte “Y son ovales, llenas de baches (con irregularidades en su superficie) y marrones como qué?

La respuesta podría ser “como una roca”. La roca entonces se convierte en la metáfora y tiene una ubicación física en relación al cuerpo.

3. Identifique un momento en el tiempo, previo a la metáfora del problema

El próximo paso es identificar un momento (etapa, época) previo a cuando el cliente experimentó por primera vez el estado problema. Conviene que el momento elegido sea uno en el cual el cliente se sentía lleno de recursos internos. 

Preguntarle por el momento inmediatamente anterior al estado problema puede no ser útil, ya que este puede ser otro estado problema. Si el estado problema es un trauma severo, se corre el riesgo de asociar a la persona a un recuerdo traumático. Una buena pregunta aquí es “¿y puedes recordar una época anterior, antes de que nunca hubieras tenido Roca y te sentías seguro (o cómodo, etc.)?” 

Entonces pregunte “¿Y que edad podrías tener?” La edad, por ejemplo cinco años, se convertirá en el nombre (“Cinco”) del yo más joven con recursos.

4. Desarrolle una metáfora de recursos

Hay varias maneras de desarrollar una metáfora de recursos. Aquí incluiremos varios sencillos. Uno de ellos es utilizar el yo más joven, digamos Cinco, como la metáfora de recursos. Otro es desarrollar la metáfora del estado que el yo más joven estaba sintiendo. Antes de Roca, Cinco puede haber sentido Brillo del Sol o Pelusa Tibia en su pecho. 

Si el cliente experimentó un evento traumático particular, entonces puede sentir la necesidad de ayuda. Con frecuencia, esta ayuda es de naturaleza espiritual. Una buena pregunta podría ser “¿Y a Cinco le gustaría tener a un Protector?” Ejemplos de protector son Gran Oso, Angeles, o Buda. Los protectores representan algún aspecto del individuo o de su sistema de creencias. 

Algo interesante es que los protectores podrían no encajar en el sistema de creencias del adulto.

5. Invite a las metáforas a interactuar

Una vez que el estado problema y las metáforas de recursos hayan sido desarrolladas, entonces invítelas a interactuar. Es importante no forzar la interacción. 

Las preguntas aquí podrían ser: “¿Y estarían los Ángeles interesados en visitar a Cinco?” y “¿Y que le gustaría hacer a Oso Grande con Roca?” 

Durante esta parte del proceso es usual que sea necesario mantener el proceso moviéndose con preguntas como “¿Y que sucede a continuación?” Continúe el proceso hasta que haya una resolución. Ésta ocurre cuando la metáfora problema ha sido transformada o movida o cuando el estado de recursos joven o el protector alcanza un punto final lógico. 

La metáfora del problema puede transformarse en cualquier cosa, por ejemplo, Roca puede llegar a ser Luz Amarilla, o Roca ser movida hacia atrás, a Pared. Un punto final es a menudo una actividad apropiada para la edad del yo más joven (Cinco), como por ejemplo comer una merienda y tomar una siesta.

La fase de interacción puede que no sea simple y clara. Puede ser necesario trabajar otros estados o se podrían necesitar metáforas de recurso adicionales. 

Esto depende de la naturaleza y severidad del estado problema. Un inconveniente común es el descubrimiento de un estado de “yo no se”, el cual podría requerir ser curado antes de que se pueda trabar con el estado originalmente planteado.

6. Verifique los resultados

Una parte importante de chequear los resultados es determinar si ha habido un cambio en la metáfora del estado problema. 

El yo adulto no necesita entender lo que este cambio significa. Otro aspecto de chequear los resultados es determinar si todas las partes del individuo usadas en el proceso son dejados en el lugar y forma apropiados. Los yo más jóvenes podrían querer o necesitar crecer y los protectores podrían necesitar regresar a su origen. 

Esto normalmente se logra con algunas preguntas sencillas. “¿Y alguna de las partes que hemos utilizado hoy necesitan algo más?”, “¿Y Cinco quiere crecer?” y “Y tu sientes que este proceso está completo?”

El proceso de Curación de Metáforas Personificadas es útil con una variedad de estados problema. Esto puede incluir problemas emocionales, estados de falta de recursos, creencias e inclusive la mejora de estados de recursos. 

Una vez que el individuo se ha hecho familiar con este proceso, entonces puede reconocer, al momento, que está experimentando una emoción que es el resultado de antiguas emociones negativas almacenadas. 

Hay un grupo de personas, que han sentido una conexión especial con sus metáforas de recursos, que han sido capaces de retomar esta metáfora cuando ha sido necesario para otras situaciones.

Una de las maneras más efectivas de usar este proceso es ayudar a los individuos a curar patrones negativos de conducta. De esta manera el individuo se hace más congruente y más capaz de enfrentar los retos de la vida. 

Una vez que la energía negativa es liberada, los individuos pueden notar un incremento en su creatividad y en su habilidad para utilizar sus emociones como recursos valiosos.

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