lunes, 22 de julio de 2013

Cuando la edad no importa: Marcos, Cuarta Visita y Quinta Visita

Cuarta Visita: Neo-Familia

Al entrar en la sala, la doctora Aerostática, fue testigo de una escena conmovedora.

Mamás con sus bebés en brazos, cuidadoras, padres recién llegados del trabajo, conversaban alegremente acerca de la evolución de los niños, compartían anécdotas del día. Daba la sensación de estar participando de un concierto. Una bella y armónica sinfonía de palabras enhebradas. Solo faltaba el son de un instrumento que los congregara.

Cuando éste llegó, la música se fue apoderando del lugar y dando permiso a la participación de todos, hasta de los enfermeros nuevos que comenzaban ese día sus pasantías en el hospital.

Quinta Visita: Los Viajes de Marco

Adelina estaba preocupada esa tarde. Corría hacia la puerta que separa la Neo de la sala de espera y volvía junto a la incubadora. Repitió este trayecto tres veces.

Y precisamente no estaba esperando a los enfermeros para algún traslado de Marcos hacia otro hospital para realizar estudios. En medio de su recorrido, se arreglaba el cabello, se enderezaba bien los lentes, se acomodaba el camisolín como quien espera ser llamado para una entrevista laboral o tal vez un examen.

La doctora payasa, intuyó que el proceso de adopción del niño estaría avanzado y que Adelina estaría esperando a los flamantes padres, dato que luego corroboró con los médicos.

Cuando pudo serenarse, encontró la mirada de Aerostática quien la esperaba junto al barco-incubadora. Adelina mostró el dibujo de un nuevo peinado para Marcos estilo "rock star", o adecuado para integrar la banda musical que estaba en formación con los otros bebés y padres.

Contó también una historia de un posible viaje de Marcos. La contó con tanta energía que despertó el interés del enfermero, que hasta el momento permanecía observando la escena desde un rincón de la sala.

Marcos iría de paseo por unos días a otro hospital para hacerse nuevos amigos y luego volvería. Ella lo estaría esperando a que regrese.

El enfermero demostrando interés en participar de la historia que Adelina estaba imaginando utilizando el "estetomágico" de la payasa, comentó que luego antes de volver, Marcos, pasaría unos días por Brasil para bailar y tomar sol.

El traslado real del niño, el cual Adelina transformaba poéticamente en un viaje, se debía a estudios oftalmológicos para determinar las lesiones retinales.

¡Adelina entonces usted es una gran esperadora! exclamó la doctora Aerostática.

Adelina agregó que era na esperadora con esperanza que no es lo mismo que ser solo uan esperadora. Aerostática le propuso que podía, si era de su agrado, tener un nuevo nombre: Adelina Esperanza.

Jugando con los significantes en torno a la espera, la payasa les propuso a los enfermeros, que a esta altura de la intervención ya sumaban dos, que responderían a sus reportaje acerca de "que esperaban" para Marcos. Uno de ellos comentó que era un bebé famoso en la Neo y que esperaba que siguiera siéndolo toda la vida. Otro dijo que esperaba que Dios lo protegiera mucho. Adelino quiso agregar que todo fuera pasando bien como hasta ese momento y Marcos pudiera ir superando los obstáculos.

La doctora Adelina les contó que tanto los dibujos, estos reportajes, los deseos, como las canciones y las historias de los viajes de Marcos podrían ser guardados en un libro. Ella saldría a buscarlo en un viaje de aventuras y volvería con él la semana siguiente.

Extracto del libro: Payasos de Hospital. Historia de encuentros.
Andrea Romero, Liliana Méndez, María Marta Bianco, Vanesa Castro Arata, Verónica Macedo.
Página 43

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