lunes, 5 de diciembre de 2011

Sé amable siempre

Doy la bienvenida a todos con un corazón amoroso.

Para un anfitrión amable, un huésped nunca es una carga porque el corazón siempre está abierto y dispuesto a recibir con amor. 

Recibo a mis huéspedes con calidez, aprecio e interés. Comparto libremente lo que debo dar. 

Valoro a cada persona que invito a mi casa. Cada visita es una oportunidad de vincularme con los demás y ser amable. 

Mi vida es transformada por el amor de Dios, del Universo, avivado a través de cada gesto amable.

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