No hace falta tocarte con las manos,
para sentir el calor de tu piel,
solo imagino que estas presente,
y tu recuerdo viene a mi mente,
dejándome en los labios, el sabor de tu cuerpo.
El recuerdo de tu voz cálida,
me inspira deseos de desnudar mi alma,
y entregarme a los brazos de tu amor,
para volar a tu encuentro,
para llegar a tí.
Mis palabras son suaves hilos de plata,
que tejen redes para envolverte,
que confundas el tiempo,
y te quedes enredado en mis cabellos,
mientras hacemos el amor,
en la mente, sin tocarnos...
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