Estoy en el lugar correcto, haciendo lo correcto, en el momento correcto.
Nos enfrentamos a muchas exigencias en cuanto a nuestro tiempo. Si permitiera que la ansiedad me abrumara, no haría lo mejor que puedo.
En vez de eso, elijo dirigirme a mi interior cuando siento ansiedad --respiro, me calmo y abro mi mente a las ideas divinas.
Acojo la paz en vez de la ansiedad o la preocupación; un sentimiento de propósito en vez de un sentimiento de preocupación.
Descubro que el tiempo me basta a medida que hago todo con calma. Siento alivio al actuar según lo mejor de mis habilidades. No pienso en lo último que hice o lo que debo hacer después.
Mi atención completa está en la tarea a mano. Esto me proporciona un sentimiento profundo de satisfacción en todo lo que hago.
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