Doy generosamente y recibo abundantemente.
Como creación de Dios, soy parte de esa energía bendita.
Al dar generosamente y recibir con agradecimiento, avivo la energía divina en mí.
Cuando actúo con consideración hacia otra persona, abro el camino para experimentar consideración en mi vida.
Al dar amor, me siento más amado.
Al circular mis recursos materiales con gozo y gratitud, encuentro que mi vida es bendecida ricamente con experiencias y sustento que me proporcionan aún mayor gozo.
Doy con generosidad, recibo abundantemente y mi vida es verdaderamente bendecida.
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