El Espíritu en mí se expresa de maneras sabias y maravillosas.
Reconozco que la preocupación es un obstáculo en mi camino.
Si siento ansiedad pensando que algo vaya a ser difícil, probablemente así lo será. De modo que determino sólo prestar atención al potencial para el bien en cada situación.
Puedo manejar todo con calma al permitir que Dios en mí se exprese de maneras sabias y cabales.
Hago lo que debo hacer, y lo hago bien.No soy ni tímido ni jactancioso.
Un sentimiento de calma —fortalecido por la conciencia de mi divinidad innata— me dirige de pensar a planificar y de planificar a hacer.
Desde mi manantial interno y sagrado, invoco la sabiduría y la comprensión, la vida y el vigor para que me ayuden a avanzar en las actividades sencillas y complejas.
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