Respira suavemente, toma aire lentamente, mientras piensas que entra oxígeno lleno de Vida, Salud, bienestar.
Sostén por unos segundos, imaginando que todo tu cuerpo se llena de bienestar, tranquilidad y agradecimiento por la vida, por la salud.
Poco a poco exhala el aire y saca lo que te duele, lo que te molesta, lo que te impide sonreír.
Imagina que sale y se aleja... ¡Sonríe!
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