miércoles, 2 de febrero de 2011

Síndrome de Asperger: Mi hijo Jesús y las tareas


Jesús y las tareas

Jesús, es mi hijo con Síndrome de Asperger de 6 años. Cursa III nivel de Educación Inicial en el preescolar Snoopy Alvarado de San Felipe, Estado Yaracuy, Venezuela. Ya lee y escribe su nombre, su apellido, algunas palabras y mamá, papá, abuelo, abuela, primo, prima, tío, tía y otras palabras de familiares. Le gusta mucho pintar de colores, todos, no importa que sea una banana o una casa, el morado, el amarillo, el verde, el rosado y el azul son sus colores preferidos. Hace palotes cabezones, con cabello largo y robustos, como su mamá, o palotes flacos, largos y sin cabello como su papá Pedro Luis.

Al principio no le gustaba mucho su colegio. Sus maestras le mimaban lo suficiente como para mantenerlo en clases, pero al salir del salón e irnos a la casa, en el camino solo decía: Ya no quiero Snoopy, no me gusta ese colegio, quiero mi otro colegio, en el que estaba pequeño, con mis amigos y mi otra maestra. 

- ¿Por qué no te gusta tu nuevo colegio?

- Oñate (un compañerito) me pega, me molesta, no es mi amigo. Todos me molestan, yo soy lento, no puedo hacer las cosas que ellos hacen.

Su frustración nos afectaba mucho, mi esposo enfermó varias semanas, tuvo resfriados constantes (eso en psiconeuroinmunología es llanto guardado, escondido, ahogado) yo rebajé alarmantemente, que para muchas sería genial, pero cuando se pierde peso por preocupación, no se le ve sana, alegre ni feliz a la persona. Hablamos en el colegio, pero sólo nos comentaban que no veían nada en Jesús, que no serían ideas nuestras de la extrañeza de Jesús, de que no es ningún niño con una condición especial.

Pasamos de la risa al llanto. Normal es que los padres sean quienes nieguen la condición especial del hijo, por vergüenza, por culpa, por reacción natural... pero no el colegio. Pensamos hasta en cambiarnos de especialista pues estábamos dudando de que estemos viendo fantasmas donde no los hay... pero los estudios, los especialistas y las conductas no mienten... y aunque en el colegio, Jesús sigue siendo un niño mimado, consentido, sobreprotegido (todos esos adjetivos nos dijeron que usarían para evadir el diagnóstico) sin duda que Jesús es un niño lejos de ser del común, es extraordinariamente especial, en todo lo amplio de la palabra.

Sus días en este nuevo colegio, al principio fueron pesados para los tres: mi esposo, Jesús y yo. En casa le gustaba dibujar y pintar mucho, pero en sus trazos observaba que en su cabecita había una idea fija: no le gustaba su nuevo colegio... Así pasó el II nivel, al que llegó a mitad de año, desde otro colegio... Ahora entiendo cómo influyen los cambios sin preparación en un niño, más en un niño como Jesús, que es Asperger.

Ya cursando el III nivel, Jesús está empezando la lectoescritura. Su letra aún es rústica, no muestra destreza o suavidad en su escritura, es nervioso, truncada y a veces accidentada, pero es su letra... y cuando termina de hacer sus trazos, feliz me los enseña. Lo incribimos en tareas dirigidas, su maestra es muy amorosa y paciente, y a aprendido a socializar con Jesús y a enseñado a Jesús a compartir e insertarse  en los juegos y actividades de los demás niños, al punto de que una vez que agarra el "hilo" se mueve como pecesito en el agua.

Esa frase llamó su atención... me dijo en voz alta con sus ojos abiertos: Yo no soy un pecesito mamá, soy un niño, un niño que se llama Jesús Eduardo Alvarado Verano. Verlo tan metido en sus labores escolares, me hace olvidar por un momento que es literal en su hablar y en ,o que oye y ciertamente, mi hijo no es un pecesito, y menos una agujita para que agarre el hilo.

Las tareas de Jesús ahora son más ligeras en todo sentido: hace sus planas de palabras, mientras las repite en voz alta, como si las escribiera mentalmente, luego sin decirle nada, al terminar sus tareas, las busca en libros, en periódicos, en las palabras que aparecen en la tele... su aprendizaje es maravilloso, su ritmo, su estilo y  las estrategias... los pictogramas han sido un gran apoyo y en su colegio está yendole muy bien, aunque ya empezamos a buscarle colegio nuevo, cuando sea promovido a Primer Grado de Básica. Tiene una nueva fijación, ya dejó los dinosaurios y las tortugas; ahora quiere saber sobre serpientes, culebras y ofidios. Todo, nombre, tipos, qué comen, de qué colores son y cuáles son las que tienen veneno. 

Así que fuimos al zoo, al serpentario y quedó fascinado, enamorado de estos animalitos a los que respeto y mucho.

Si pasa o no, en realidad ahora no es el momento de pensar, el cupo lo tiene y se usará en su momento, aprendimos con Jesús la importancia de vivir un día a la vez, si el tiempo así lo decide, pasará de grado, y si no, seguiremos aprendiendo y escribiendo, leyendo silábicamente y repitiendo una palabra a la vez... en fin, mi hijo es una vida en desarrollo y en plenitud, y mi propósito es disfrutarla sorbo a sorbo

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