jueves, 10 de febrero de 2011

Carta de un Divorcio Operativo y con Humor



Querido esposo:

Te estoy escribiendo esta carta para manifestarte que he decidido dejarte, para bien de los dos. He sido una buena mujer para tí estos siete años, y sin embargo no puedo mostrar nada bueno que me haya tocado a mi.


Estas dos últimas semanas han sido un infierno: Tu jefe llamó para decirme que habías renunciado al trabajo hoy, y eso fué lo máximo que pude soportar. La semana pasada, viniste a casa y no me mencionaste nada acerca de mi corte de cabello y el arreglo de mis uñas; cociné tu comida favorita y hasta usé un nuevo negligee.

Llegaste a casa y comiste en dos minutos, y te fuiste directo a dormir después de ver el fútbol. No me dices más que me amas, no me tocas ni nada. O me estás engañando con otra o no me amas más. Cualquiera que sea el caso, me quiero ir, te abandono.

P.D. No trates de buscarme. Tu hermano y yo nos mudamos a West Virginia juntos. Que tengas una buena vida. Tu Ex-esposa.

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Querida Ex-esposa:


Nada me hubiera causado mayor alegría que recibir tu carta. Hemos estados casados 7 años, aunque eso no significa que hayas sido una buena mujer.  Todo lo contrario.  Yo miro mucho los juegos para tratar de ahogar el aburrimiento que me causan tus constantes quejas y malas actitudes. Qué malo que no funcionó nuestro matrimonio, porque yo te amaba.



Yo si noté que te habías cortado tu cabello, y la primera cosa que me vino a la mente fue: "¡¡¡Luce como un hombre!!!"  Pero mi madre me enseñó que si no puedo decir algo bueno de alguien, es mejor no decir nada. 


Cuando cocinaste mi comida favorita, debes haberme confundido con mi  
hermano, porque yo dejé de comer cerdo hace casi 7 años.  
Me fui a dormir cuando te pusiste ese negligee, porque la etiqueta 
con el precio todavía estaba pegada a la prenda y recé pidiendo que fuera coincidencia que mi hermano me pidió prestados 50 dólares esa misma mañana y la etiqueta de tu negligee marcaba 
$49,99. 



Después de todo esto, como todavía te amaba, sentí que todavía podíamos resolver lo nuestro.  
Así, que cuando descubrí que me había ganado el lotto de diez millones de dólares, renuncié a mi trabajo para tener todo el tiempo para tí, y además compré dos boletos para Jamaica. 



Pero cuando llegué a casa, tú te habías marchado. Todo ocurre por una buena razón, creo. Espero que tendrás la vida que siempre deseaste. Mi abogado dice que por la carta que me dejaste, no recibirás ni un centavo de mí. Así que cuídate mucho. 



P.D. No se si alguna vez te comenté ésto antes, pero mi hermano, Carlos, cuando nació, se llamaba Carla. Confío en que ésto no te será un problema. 


Firmado, 


¡¡¡ Rico y Libre !!!

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