viernes, 1 de octubre de 2010

Factores Esenciales para el éxito escolar

Por: Antonio Pérez Esclarín




El inicio de un nuevo año escolar me brinda la oportunidad para insistir en algunos elementos que, según varias investigaciones y mi propia experiencia, son fundamentales para garantizar el éxito de los alumnos.

En primer lugar, un fuerte liderazgo técnico pedagógico del director o directora. Escuelas y liceos se parecen demasiado a sus directores: Si son dinámicos, activos, apasionados por la educación, con autonomía y poder de decisión, preocupados por la formación de su personal, el centro educativo refleja inquietud, preocupación, motivación, orden, búsqueda de la calidad. Si son meros burócrata que se refugian en los papeles y se encierran en sus oficinas, que han llegado al cargo no tanto por méritos sino por palanca o por su fidelidad y militancia política, si están cansados y sin entusiasmo, si no tienen nombramiento oficial y llevan años como encargados, probablemente el centro educativo reflejará mediocridad, desinterés, descuido y rutina improductiva.


Nombrar directores sin verdadera vocación y pasión educativa es castigar a miles de alumnos a una educación mediocre. El verdadero papel del directivo debe ser acompañar pedagógicamente a sus docentes, mantener un clima de motivación, exigencia, reflexión e investigación para que todos en el centro educativo se propongan dar lo mejor para garantizar a todos los alumnos una buena educación. Esto exige que los directivos combatan con fuerza la rutina, el desinterés, la mediocridad, las actitudes autoritarias e individualistas y se esfuercen por proporcionar a todos un ambiente de seguridad, compañerismo, cercanía, estímulo, unión y alegría. 

El educador debe ser una persona que goza con lo que hace, que acude con ilusión, “con el corazón maquillado de alegría”, al trabajo diario, porque entiende y asume la transcendencia de su misión, porque se siente educador, maestro, formador de personas, y no un mero dador de clases. Los tiempos de incertidumbre y crisis que vivimos, deben espolear el pensamiento crítico y autocrítico, la creatividad y el coraje de los genuinos directivos y educadores.


Por ello, frente a la reducción de la educación a la mera impartición de algunos conocimientos, y la creciente colonización de las mentes, la educación debe orientarse a formar personas críticas, creativas y solidarias, capaces de contribuir a la construcción de un país cada vez más próspero, seguro y productivo, donde todos podamos vivir dignamente y a pesar de las diferencias nos consideremos conciudadanos, hermanos.


Otro elemento clave para garantizar el éxito escolar lo constituyen las altas expectativas de los docentes sobre las posibilidades de aprendizaje de todos los alumnos. Como lo afirma Fernando Savater con crudeza: “Si yo estoy convencido de que un alumno es bruto y no lo es, pronto lo será”. Los alumnos responden a las expectativas de sus docentes: Si estos creen que tienen frente a sí un grupo de alumnos inteligentes, capaces, maravillosos, los tratan como a tales y logran que actúen de ese modo. Pero si creen que no saben nada, que son apáticos, brutos, imposibles, terribles, consiguen que los alumnos actúen según esta percepción negativa. 

Un tercer elemento clave para el éxito escolar es un clima ordenado y seguro. Si en los centros escolares impera la violencia, el desorden, la indisciplina, la inseguridad, va a ser muy difícil o incluso imposible que los alumnos aprendan lo que tienen que aprender.

Un cuarto elemento esencial para el éxito escolar es garantizar a todos los alumnos las herramientas esenciales para un aprendizaje permanente: lectura personal y autónoma de todo tipo de textos y del contexto, de los nuevos lenguajes digitales y de la imagen; escritura, pensamiento lógico-matemático, solución de problemas, ubicación en el espacio y en el tiempo; y de aquellas actitudes esenciales para un aprendizaje autónomo y continuo: curiosidad, reflexión, investigación, crítica y autocrítica, deseos de aprender y de hacer las cosas cada vez mejor, exigencia, esfuerzo, trabajo en equipo.

Otros factores importantes para el éxito escolar, son la fuerte relación entre el centro educativo y las familias de los alumnos; la buena formación de los docentes y su preocupación por seguirse formando; el que trabajen en un solo plantel; el número de días de clase y el uso eficiente del tiempo escolar, pues está bien comprobado que no sólo se pierde el tiempo cuando se suspenden las clases, sino que también se pierde y mucho dentro del aula y de la escuela cuando los alumnos están charlando, distraídos, esperando que llegue el maestro o profesor, o dedicados a hacer actividades rutinarias que no llevan a aprendizajes significativos.

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