Mario Sepúlveda, conocido por ser el animador de los videos que grabaron los mineros, fue recibido por su mujer, y además recibió los aplausos de los rescatistas y autoridades que se encuentran en la superficie. El minero llevó piedras para quienes se encontraban en la superficie, y se abrazó efusivamente con el presidente Sebastián Piñera y el ministro Laurence Golborne. A todos sorprendió su estado de ánimo, reflejado en un grito de “Ce-hache-í” que hizo gritar a quienes están a un costado del lugar del rescate.
Más allá de las grandes hazañas vividas y que esperaremos sin duda, con ánimo, asombro y experiencia de vida, de fe, de creencias, de humanidad, es la actitud antes las adversidades del hombre y de sus comportamientos.
Cada rescate, cada comportamiento, cada reacción, y la de Mario Sepúlveda nos ha dado a muchas el impulso de saltar de emoción, de gritar y de cantar a cada minuto, desde el momento de la transmisión de cada rescate, la humanidad entera ha seguido minuto a minuto y el no haber dormido, no es motivo para sentir una felicidad inmensa parecido al logro de una meta. Eso es empatía
¿Qué sentimos cuándo situaciones así de amor, de fe, de cercanía con nuestra esencia y nuestra humanidad, con Dios, nos hacen entender que somos nada y tenemos TODO para vivir y seguir adelante, que depende de uno mismo el quedarse lamentando o animarse a salir del "hueco"?
Ante estas situaciones difíciles, ellos se crecen, nos regalan sonrisas, emociones, lágrimas... Eso es humanidad real... Porque, no le conocemos pero nos sintonizamos en ese momento y sentimos que Dios existe con tanta fuerza, que nos une en una sola palabra: FE
Mientras estamos bajo presión tenemos decisiones que tomar y posiciones que adoptar: aumentamos nuestra carga emocional lamentándonos de nuestra desgracia, llenándonos de pensamientos negativos, o empezamos a trabajar nuestra consciencia, revisar nuestra vida y hacer real trabajo interior. Por supuesto, es muy fácil escribir, hablar, pues no estamos en ese momento, no somos quienes pasan por esas situaciones tan apremiantes, tan incómodas, desesperadas.
Sin embargo, es una oportunidad para no desesperanzarse, pues en estos momentos, si no se está solo, cada uno es apoyo del otro, se aprende de los comportamientos de los demás y se modela aquellas conductas, aquellos comportamientos que nos presenten las mejores opciones para sobrevivir. Si lo vemos desde el análisis conductual, obviamente nuestro instinto de sobre y supervivencia, de preservación se activará, con mucha más intensidad, si quienes pasan por estas situaciones extremas tiene una misión y proyecto de vida definida y bien focalizada.
Ante los momentos difíciles tenemos dos caminos: huir o quedarnos llorando, actuar o quedarnos estáticos. Nuestra reacción dependerá de nuestra inteligencia y educación emocional... estamos a tiempo de empezar a prepararnos y tomar la rienda de nuestra vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario