Eres como el suave olor de la lluvia,
como el dulce sabor de tiernas caricias,
que en mi piel, juegan entre sonrisas,
buscando en mi mente, apartar la bruma...
Como cada gotita de esbelto rocío,
son tus dedos que resbalan,
en las comisuras de mi espalda,
en la lontananza de mi olvido...
Y como no quererte, mi negro angelito,
si eres dulce néctar de mis días,
¿dime si no, vida mía,
el no amarte sería un delito?
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