lunes, 3 de octubre de 2011

¿Soltar o tener el control? - Jocelyne Ramniceanu


¿Te has sentido alguna vez en plena conexión con todo lo que te rodea y con esa sensación de inmensa alegría que te recorre todo el cuerpo?

Es un placer sentirse de esa manera, son esas veces que nos encontramos libres de nuestro pasado, abiertos a todo lo que llega, en paz y agradecidos.

Ese es nuestro estado natural del ser, ese es el estado donde nos sentimos unidos a todo lo que es, eso es inspiración y todo lo que creamos nos sorprende agradablemente.

Tú tienes acceso a ese estado cuando sueltas tus preocupaciones y dejas de llenarte de ansiedad por el futuro que aun no llega, o por un pasado que ya pasó.

Siempre que hacemos planes nuestra mente se vuelve muy traviesa, ella se entretiene repitiéndonos una y otra vez aquello que debemos hacer, aquello que deberíamos haber hecho y no cesa de decirnos una y otra vez lo que estamos haciendo mal o tal vez bien, con toda clase de razonamientos, escusas, preocupaciones, análisis, acusaciones etc. 


Nuestra mente nos atormenta al intentar llevar a cabo nuestros planes, tratando de controlar minuciosamente todo para que nuestra intención se materialice exactamente igual a aquello que nos hemos imaginado.

A veces pasamos largas horas y días planificando algo, y por supuesto no confiamos en que si tan solo soltáramos, el resultado sería el mejor posible para nosotros.

No es necesario este desgaste emocional, pero creemos que si no nos hacemos cargo de cada uno de los detalles, las cosas no se solucionan por sí mismas o nadie se va a ocupar de nuestros asuntos, creemos que somos los únicos que podemos tomar las riendas, entonces nos llenamos de estrés, de mal humor, impaciencia y frustración.

Queremos que todo marche acorde con lo planeado para así sentirnos seguros que tenemos el control. El caso es que nunca tenemos el control, no controlamos absolutamente nada, el control no es más que una ilusión. Lo puedes observar en ti mismo cuando no puedes controlar tu propio cuerpo, tu respiración, los latidos de tu corazón, la circulación de tu sangre, la digestión etc., todo esto funciona con su propia inteligencia sin tu intervención, lo quieras o no. 

Tampoco puedes controlar tu mente, apenas eres consciente de una ínfima parte de lo que tus sentidos perciben; tu memoria te traiciona, tu conducta y tus emociones muchas veces parecen tener voluntad propia, los pensamientos te obsesionan.

Pero mantenemos la ilusión que tenemos el control y además pretendemos controlar también a otros y a las circunstancias.

No controlamos nada.

¿Te has preguntado qué sucedería si sueltas el control? Es probable que tengas miedo,… lo que te pido ahora, en este momento es que comiences a soltar y empieces a confiar.

Está bien que tengas una meta, un deseo, una intencionalidad, y que muevas tus energías hacia un objetivo, que planifiques pero aunque parezca contradictorio, en un momento dado tienes que soltar y confiar. Una vez creado el impulso deja que siga su camino.

Cuando siembras una semilla, eso es lo que haces, confías, te pones a un lado y dejas que el sol, la tierra con sus nutrientes y la lluvia hagan su trabajo, no interfieres, sabes que ya hiciste tu parte , esperas y la ves crecer. Tienes la certeza de que así opera la naturaleza

En esencia somos iguales, cuando te desentiendes de los resultados después de haber enfocado tu intención en un objetivo, ya le distes vida, ya lo impulsaste y el universo se encarga del resto. Siempre el fruto final es el resultado de tu estado mental.

Cuando tratas de controlar los resultados, le estas enviando un mensaje opuesto al universo, le estas indicando que no confías, que dudas acerca de las posibilidades de alcanzar tus metas, y como ya sabes, siempre la vida te da la razón.

Al ir reduciendo tus expectativas la recompensa es una mayor cantidad de milagros, porque la fe y la confianza representan el ángulo en que colocas el arco al disparar tu flecha, y al ponerte a un lado, dejas que tu fuerza creadora se materialice sin la necesidad de tu intervención. La confianza es el ingrediente que da la certeza que tu elección ya está sucediendo en este mismo instante. Si intervienes le estas quitando fuerza.

Cuando te conectas con tu estado puro del ser, te colocas en el presente y por lo tanto dejas de enfocarte en el resultado, este deja de tener importancia, ya no dudas, creas y disfrutas del proceso con alegría, sin apegos, creando y co-creando, admirando y regocijándote con todas tus creaciones.

Cuando te desapegas de las expectativas, ya no te limitas y aquello que surja siempre será lo perfecto para ti.

Si tratas de controlar tus creaciones, ellas estarán impregnadas por tus miedos e inseguridades y eso exactamente es lo que vas a obtener. No hay como creer en tu poder, entonces cuando esto sucede te conectas con todo, te conectas con la vida.

Para lograrlo, tienes que confiar y soltar. La vida es una danza continua entre tú y tus creaciones, si bailas con ella libremente, todo fluirá con armonía. Suelta y confía.

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