Estoy receptivo al gozo del descubrimiento.
Los niños se sienten fascinados por la vida. Se maravillan ante cualquier aspecto de la naturaleza que puedan tocar, ver o sentir. Disfrutan cada viaje en el automóvil, cada visita al parque o cualquier paseo por la comunidad como que si fuera una nueva aventura. Para ellos, cada día es un descubrimiento.
Con emoción y gozo genuinos, despierto cada mañana receptivo a nuevos descubrimientos y a nuevas ideas, anticipando nuevas y mejores oportunidades.
¡Qué manera tan maravillosa de comenzar el día!
Qué manera tan poderosa de vivir. Decido permitir que la vida y sus misterios me hagan sentir fascinación. Al hacerlo, descubro más de mí y del mundo a mi alrededor.
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