La luz de Dios resplandece constantemente en mí.
Algunas experiencias en nuestras vidas pueden parecer difíciles de manejar.
Nuestro camino parece oscuro y tratamos de encontrar más fortaleza para proseguir. Mas ¡qué maravilloso es saber que el amor infinito de Dios nos envuelve siempre ofreciéndonos paz y seguridad verdaderas!
En momentos de reto afirmo: La luz de Dios resplandece constantemente en mí y a mi alrededor. La luz divina disipa la oscuridad e ilumina mi mente y mi corazón. Nada puede separarme de Dios.
Soy consolado en Su presencia. Soy inspirado, sostenido y fortalecido. Mi creador me apoya y satisface cada una de mis necesidades. El amor y la luz de Dios son mi consuelo infalible siempre.
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