Mi corazón está lleno de agradecimiento por el fluir continuo del bien de Dios. Doy gracias de corazón por las personas, cosas y sucesos en mi vida. Todo lo que experimento cumple un propósito divino.
Aprecio al mundo en el que vivo, su maravilla y sus oportunidades. Mi comprensión aumenta a medida que disfruto de todo lo que la vida me ofrece. La presencia de Cristo en mí me capacita para vivir cada día plena, exitosa y confiadamente. Esta esencia divina es el fundamento de un corazón agradecido.
Mi oración es una oración sencilla de gratitud. Como el gran místico cristiano Meister Eckhart dijo una vez: “Si la única oración que dices es ‘gracias', esta es suficiente”
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