Elijo ver desde un punto de vista más abierto y elevado.
De manera parecida, al elevar mi perspectiva, veo mi vida de una manera diferente.
Aquellas cosas que una vez parecieron grandes, se tornan pequeñas cuando las comparo con lo que es importante en la vida: mis relaciones personales, salud y sentido de propósito.
Cuando el drama diario me desenfoca, logro centrarme de nuevo al apreciar todo espiritualmente.
Gracias a mi alta visión, perdono más rápidamente y no juzgo apresuradamente.
Mi corazón se abre y expande a medida que vivo desde este nuevo punto de observación, y siento paz
No hay comentarios:
Publicar un comentario