lunes, 22 de agosto de 2011

Talentos




Nazco de nuevo con una promesa y un potencial espirituales.

Nos regocijamos cuando un recién nacido viene al mundo. Con asombro, vemos a ese ser radiante lleno de promesa y potencial. 



A medida que los niños aprenden a hablar y a interactuar con el mundo, los amamos y alentamos según alcanzan una nueva etapa en su desarrollo.

Cada ser humano está en un viaje. 


A medida que nuestros cuerpos crecen, también crecemos psicológica y espiritualmente. Nuestro crecimiento interno ocurre cuando tomamos conciencia de que somos seres espirituales. Determino fomentar la chispa de divinidad en mí. 

Sin importar mi edad física, despierto a mi verdadero potencial y cumplo plenamente mi promesa espiritual.

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