Se entiende por estilos de pensamiento como una forma particular de abordar la realidad, aprender, resolver problemas, inferir, desenvolverse en su entorno que lo asemeja o diferencia de los otros, como indica Valadez (2009). Sobre esto, (Árraga y Añez, 2003b), afirman que “son de naturaleza cognitiva; es decir, son procesos mentales que tienen lugar en el cerebro” (pág. 36), quien se encarga de procesar la información, gestionarla y resolver problemas.
Y como enfoques epistemológicos se refiere al conocimiento científico y la vía para producirlo, los cuales son sistemas de convicciones del máximo nivel de profundidad cognitiva, universales y, éstos provienen de los estilos de pensamiento. Vendría a ser una función que transforma determinadas convicciones de fondo, inobservables, de tipo ontológico y gnoseológico, en determinados estándares de trabajo científico, estándares asociables a las distintas comunidades académicas (Padrón 2007)
Es notoria la relación entre estilos de pensamiento y enfoques epistemológicos, pero, desde mi punto de vista no lo considero homólogos sino interdependientes, tal como lo indica Padrón (ob. cit) en Tendencias epistemológicas de la investigación científica en el Siglo XXI. Cinta Moebio 28: 1-28, que presenta los tres mundos de Popper (1982), y que a su vez puede ponerse en conexión con la anterior tesis del “triángulo de Odgens” donde es explicado el lenguaje como una estructura relacional entre tres elementos: el “Referente” (las cosas, el mundo perceptible), el “Pensamiento” (la idea o representación mental de esas cosas) y el “Símbolo” (las palabras que expresan ese pensamiento).
Atendiendo a lo anteriormente planteado, desde el estilo del pensamiento, la epistemología se concibe como reflexión libre, tanto en un plano filosófico no analítico como en un plano socio-histórico, cultural, psicológico y antropológico, sin demasiadas preocupaciones acerca de los linderos entre esas áreas, sobre la base de nociones tales como el “pensamiento complejo”, el “holismo”, la “transdisciplinariedad”, la “reflexividad” o la “posmodernidad”. Otra perspectiva desde la cual se concibe la epistemología como ‘Meta-Teoría’ y como ciencia fáctica obligada a explicar, mediante teorías contrastables, los procesos del conocimiento científico.
Los “Enfoques Epistemológicos” obedecen a determinados sistemas de convicciones acerca de qué es el conocimiento y de sus vías de producción y validación. Las variaciones observables generadas por estos enfoques pueden estandarizarse en “paradigmas” (en el sentido de Kuhn 1975), y por más que estos paradigmas o “ciencias normales” puedan parecer únicos, diferentes y múltiples, en realidad sólo son manifestaciones empíricas de alguno de los Enfoques Epistemológicos. Dicho de otro modo, el enfoque epistemológico vendría a ser una función que transforma determinadas convicciones de fondo, inobservables, de tipo ontológico y gnoseológico, en determinados estándares de trabajo científico, estándares asociables a las distintas comunidades académicas.
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