No debemos permitir que nadie, nunca, nos eche a perder el desfile y de esa manera arroje una sombra de tristeza y derrota en todo tu día.
Debemos recordar que no se requiere de talento, ni de abnegación, ni de inteligencia especial, ni siquiera de carácter para estar en el equipo de los que encuentran fallas.
Nada externo puede tener poder sobre nosotros mismos, a menos que se lo permitamos. El tiempo es demasiado valioso, precioso para sacrificarlo o perderlo en días desperdiciados combatiendo las fuerzas rastreras del odio, de los celos, de a envidia, del pesimismo y de las hilachas (quejarse, criticar, buscar siempre lo negativo en todo)
Debemos proteger cuidadosamente nuestra frágil tranquilidad, nuestra vida. Unicamente
Dios puede crear la forma de una flor, pero cualquier niño, sin intención siquiera, puede hacerla pedazos
No hay comentarios:
Publicar un comentario