La amistad es un espejo que refleja la gracia de Dios.
A lo largo de mi vida, tengo infinitas oportunidades de ser un amigo y de hacer nuevas amistades.
Cada relación personal me permite experimentar a Dios —mediante la bondad, la paz, la felicidad y el amor.
Una amistad también me brinda la oportunidad de compartir mis dones.
Mis amigos y yo balanceamos nuestras fortalezas y debilidades, y disfrutamos de una camaradería a medida que transitamos por la vida.
Mis amigos me conocen y aman, elevan mi espíritu con su presencia y me ayudan a encontrar mi lugar en el mundo.
Yo retribuyo con alegría y lealtad.
Cada amigo es una bendición en mi vida, ayudándome a ser la persona que soy hoy. Doy gracias a Dios por mis amigos.
Cada amigo es una bendición en mi vida, ayudándome a ser la persona que soy hoy. Doy gracias a Dios por mis amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario