Esa inmensidad del firmamento, azul celeste, que me envuelve de serena pasión al pensarte...
Suaves nubes, blanco algodón, me embriagan de deseos por descubrir el misterio de tu cielo...
Beberte todo, de un trago grueso, de un sorbo y probar a mordiscos pequeñitos, esos tus astros, que hay entre tus piernas...
Mirar ese cielo, tumbada en el suelo, me desconcentra de lo real y me invita a soñarme en él cabalgando, sintiendo el ímpetu de tu pecho fogoso
Y mis pensamientos gozosos de volar sin alas y sin frenos entre ese azul del cielo que me pinta tu sexo...aquí y ahora...
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