En nuestra vida, conocemos tantas manifestaciones de sentimientos, algunos nos dan tanta alegría que se nos olvidan las preocupaciones, las nostalgias, los "problemas". Otros nos recuerdan que somos humanos, imperfectamente falibles y nos regresan a la realidad...
Yo, al igual que muchas personas en este maravilloso mundo, conozco de tres amores maravillosos, humanos, sin menospreciar jamás el maravilloso amor a Dios... pero ése es un amor más espiritual... Yo hablo del amor humano, de carne, de sentirlo en vida mundana:
Eros: Es el amor Erótico, ese que surge de la unión entre el hombre y la mujer, del placer que nos dan las caricas, los besos, el sexo sano y natural... De ese amor erótico, que hubo entre mis padres, me formé en el vientre de mi madre y fui y soy YO...
Agape: Y al nacer, al crecer, conocí el amor Agape, representado en el maravilloso amor incondicional de madre. Amor que a veces abusamos con nuestros comportamientos e ingratitudes, pero ese amor es inquebrantable, todo lo perdona, todo lo permite, porque ante los ojos de nuestras madres, somos perfectos...
Philos: Y tengo hermanos, primos, amigos, familia en todo sentido, de sangre, de crianza, de compartir, allegados que me enseñaron los distintos matices del amor Filial y fraterno. De los que nace la lealtad al apellido, al linaje, al nombre, a la persona que me acompaña, a la familia...
Hoy tengo la bendición de sentir a través de aquel amor erótico, del mismo que me dio la vida, el amor ágape e incondicional hacia mis hijos. Un amor incomparable y tan maravilloso que para entenderlo, hay que vivirlo. Un amor que nos recuerda día a día que somos humanos, que sentimos y necesitamos amor y nos recuerda que por su gracia, Dios nos ha bendecido con el maravilloso sentimiento de ser sus hijos amados...
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