Los celos vienen de la idea que alguien nos pueda quitar algo que nos pertenece, algo que es nuestro; la envidia es lo opuesto, creemos que el otro tiene algo que deberíamos de tener.
Los celos y la envidia son hermanos de la misma madre, una madre que se llama “NO SE QUIEN SOY”.
Cuando no sé quién soy, necesito cosas, personas, ideas, creencias para poder darle un sentido a mi vida y acumulo posesiones para auto valorarme. Me satisface usar la palabra MIO y TUYO, y me olvido que vine al mundo sin nada y que igual me iré. También cuando siento celos o envidia, no me estoy ubicando del lado del amor, sino desde el lado del miedo.
Lo que tenemos en esta vida no es nuestro, es prestado, y si lo dejamos libre, más tiempo permanecerá a nuestro lado; cuando lo tratamos de retener, se nos irá como cuando tratamos de sostener la arena con el puño de la mano.
Todo lo que llega a nuestra vida, ya sean personas o cosas, son una oportunidad para reconocernos a través de ellas. Cuando se van, es para dejarle espacio a nuevas cosas, personas y nuevas experiencias. Nuestro apego a ellas se basa siempre en el temor. La confianza es amor, confiemos en el movimiento natural de que todo llega y se va, como las olas del mar, para volver a regresar.
Confiar es saber que todo es para bien sin importar lo que esté sucediendo en este mismo instante. Cuando decidimos confiar, estamos dejando atrás lo viejo y conocido para dejar entrar lo nuevo y perfecto para nosotros.
Los celos y la envidia, se sanan con el amor porque es lo único eterno y real; todo lo demás se va. Si decimos para nuestros adentros, GRACIAS y TE AMO cada vez que afloran estos sentimientos desagradables, los estamos soltando en vez de rebelarnos y oponernos a ellos, los dejamos ir en vez de sufrirlos y reaccionar porque si no lo hacemos, si no amamos estos sentimientos, se perpetuarán en el tiempo; si los aceptamos y les damos la bienvenida , los estamos liberando y más rápido se irán.
Decir para nuestros adentros GRACIAS y TE AMO, me vuelve a colocar del lado del amor, sin importar lo que esté sucediendo.
Jocelyne Ramniceanu
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