Abraza el día, sonríele en cada minuto, al recordarte, di: Gracias por mi entorno, por mi vida y quienes en ella están.
Aquellas personas que te hacen sentir mal, dale las gracias por recordarte lo que NO DEBES sentir, pensar y hacer. Diles mentalmente "Gracias por tus enseñanzas, ahora te despido y te alejas de mi".
Suma momentos y personas que te dibujen sonrisas y te llenen de alegrías. Si en este momento nadie de esas personas están cerca, recuérdales y busca esos instantes de felicidad. Mentalmente diles "Gracias por darme paz y alegría, ahora te invito a quedarte conmigo".
Hoy es tu gran día.
Hoy Dios te concederá todo lo que tu corazón anhele.
Sólo es cuestión de saber pedir.
Pide con agradecimiento y en presente.Pide con fe y recíbelo.
Ya es tuyo y ahora es HOY
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