Disfruto y expreso energía y fortaleza.
Cada mañana al despertar, tengo la oportunidad de estar consciente de mi poder creativo innato.
Comienzo mi día con oración y el Espíritu en mí me llena de vigor. Luego, disfruto de mi día con nueva vitalidad.
Elijo pensamientos altruistas, frases positivas y acciones con propósito que reflejan mis mejores intenciones.
Si alguna vez me siento agotado o sin motivación, hago una pausa y oro.
Unos minutos de comunión con Dios reviven mi energía y despiertan mi entusiasmo.
En Espíritu, tengo confianza, sabiendo que todas las cosas que me son dadas serán logradas, que aquello que no comprendo será revelado y que lo que me parece difícil será solventado
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