Mi Yo y el Mundo Social.
En este siglo XXI que se caracteriza por la iniciación de la etapa postmodernista, de avances tecnológicos y reencuentro del ser humano y de su YO en el mundo social, la búsqueda de respuestas a incógnitas y pensamientos sobre nuestro origen y nuestra razón de vivir se caracteriza por emprender estudios e investigaciones fundamentados en teóricos ya existentes para dar fe de sus nuevos hallazgos o justificar las nuevas propuestas que promete ante la humanidad, que aunque no es tan ignorante como en décadas o siglos anteriores, aún está ávida de saberes y conocimientos.
El hombre, en el tránsito a lo largo de toda su vida realiza papeles trascendentales que dejan huella y son la base para las nuevas generaciones; éste forma parte de un todo que se puede ver desde tres aspectos: El Individuo donde se deja entrever el yo como parte del entorno al que formo parte, en donde me desarrollo como ente social, trabajo, estudio, aporto al mundo, El Ser Humano, que muestra las sensaciones, los pensamientos, los conocimientos y de mi papel en la sociedad y en mis relaciones con mis congéneres y La Persona que responde al autoconcepto, autovaloración y autoestima, como base de la personalidad y de la interacción conmigo misma y en cómo transmito eso a los demás (fuente: la autora)
De lo anteriormente descrito se puede evidenciar que a estas alturas, el hombre necesita respuestas que vayan más allá del simple proceso que ofrece el método científico: hoy en día con el boom de la física y medicina cuántica, se ha despertado un interés en ya no preguntar más ¿por qué suceden las cosas, por qué se padece una enfermedad? O ¿por qué soy este resultado de qué suma de generaciones? Sino en responder de manera efectiva a la razón de nuestro organismo reaccionante ante estímulos externos y constructos mentales que materializan (en enfermedades, síntomas, patologías mentales) nuestras acciones y dan como resultados mutaciones en enfermedades que las medicinas tradicionales no entienden ni dan soluciones.
¿Es la mente humana capaz de provocar tal caos, rompiendo el equilibrio natural del Orden y del Caos? En el material leído y revisado cuidadosamente; y en diferentes investigaciones sobre el tema responde que si y se presentan pruebas que, nuestro inconsciente nos genera más sabotajes de lo normal creándonos enfermedades que atacan a nuestro organismo y nuestro sistema inmunológico no es capaz de proteger eficientemente colapsando y provocando padecimientos tan severos, como el cáncer.
Sin embargo no todo es devastador. Como parte esencial de todo problema, se nos presenta la contraparte: una solución, bien sea a través de reeducar a nuestro consciente para apoderarse del control y maximizar nuestras defensas (a través de la psiconeuroinmunología) o trabajar desde las medicinas alternativas, tal como se presentan en esta casa de Estudio.
Cualquiera que fuera nuestra decisión, el bienestar personal e interno es vital, necesario e inmediato; lograr el equilibrio mente – espíritu – cuerpo depende íntimamente de nuestra capacidad de aceptación a ayudarnos, porque si queremos generar cambios en nuestra cultura, nuestra comunidad, nuestro entorno, debemos empezar por nosotros mismos (Ghandi)
Por: Fanny Vanessa Verano Hidalgo. Orientadora de la Conducta. Aspirante al Título de Doctora PHD. en Psicología Social
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